Aspectos culturales de la vida en Versalles
ASPECTOS CULTURALES DE LA VIDA EN VERSALLES.
El poder absoluto de la monarquía se manifestó en la solemnidad y fastuosidad del ambiente que rodeaba al rey, Luis XIV, llamado el “Rey Sol”, aumentó el lujo de la corte, creó un riguroso ceremonial denominado “la etiqueta” y mando construir su residencia cerca de París: el famoso palacio de Versalles.
El palacio de Versalles es una magnífica y lujosa construcción realizada por el arquitecto Hardouin de Mansard. En su interior se distribuyen amplios salones, lujosas galerías, varias capillas y numerosos apartamentos costosamente decorados; el elegante edificio está en el centro de un gran parque, ideado por el artista-jardinero Le Notre que lo embelleció con fuentes jardines, estatuas y glorietas.
Los exteriores revelan el gusto y la sensibilidad del arquitecto Mansard para la configuración de los muros: “aparecen columnas sólo en determinados lugares de importancia y las paredes están animadas por lisas capas de relieve que resultan de la variada disposición de pilastras y marcos de puertas y ventanas”.
Según el historiador del arte, Antonio Fernández todo el exterior del edificio es “sobrio, sereno y majestuoso, y sobre todo armónico”. Esta armonía entre las partes del edificio también se materializa con respecto al entorno (paisaje artificial creado por jardines y fuentes).
En Versalles estableció Luis XIV su corte, conjunto de 14000 personas entre civiles y militares destinadas a servirle. Gran parte de los nobles construyeron sus casas señoriales en torno a Versalles y allí residieron para poder rendirle homenaje al soberano. Este los conocía personalmente y se preocupaba en observar si concurrían a las fastuosas ceremonias que organizaba. Los nobles vestían trajes bordados en oro, pantalón corto, medias de seda y zapatos con tacones; caminaban en forma pausada y cubrían sus cabezas con grandes pelucas. Las damas usaban riquísimos vestidos con amplias polleras, se ajustaban el busto con ceñidos corsés y se adornaban con joyas, guantes, pelucas y abanicos.
La actividad de la corte se caracterizó por la celebración de fiestas, banquetes de gala, ceremonias religiosas, desfiles militares y las cacerías en donde la actuación de todos los participantes estaba regidas por un minucioso ceremonial.
El propio Luis XIV acostumbró dar a todos sus actos un carácter espectacular que la corte observaba respetuosamente. Así, el levantarse por la mañana, el higienizarse, almorzar o asistir a misa, dieron lugar a ceremonias cuidadosamente realizadas en las que el soberano era asistido y contemplado por numerosos cortesanos. El duque de Sain Simon, que vivió en la Corte, en sus Memorias decía: “Para servir una copa de vino cortada con agua eran necesarias tres personas y 7 u 8 minutos”
EN LA GALERÍA DE IMÁGENES ENCONTRARÁS FOTOS SOBRE EL PALACIO DE VERSALLES.